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Opinion

Steve Bannon: el ideólogo de la ultraderecha global.

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[12:32 p. m., 2/11/2025] Franklin Rosa: El estratega detrás de Trump

Stephen Kevin Bannon, más conocido como Steve Bannon, fue una pieza clave en el sorprendente triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016. Considerado el principal ideólogo de las posiciones conservadoras y ultraderechistas dentro del Partido Republicano, Bannon encarna el antiglobalismo y un nacionalismo identitario resumido en la consigna: “America First” (Estados Unidos Primero).

Exconsejero de Trump y exdirector del portal Breitbart News, Bannon se presenta como un rebelde antisistema, aunque proviene del mundo financiero: trabajó para Goldman Sachs y otros grupos del gran capital antes de convertirse en activista político.

Ideólogo del ultranacionalismo

El propio Bannon se ha descrito como nacionalista económico y ha sido criticado por su retórica xenófoba y racista. En varias ocasiones ha justificado la acción de movimientos extremistas, como el Ku Klux Klan, en episodios violentos que dejaron muertos y heridos durante protestas en Estados Unidos. Aunque se presenta como defensor del pueblo trabajador, su discurso promueve el proteccionismo extremo, la ruptura de acuerdos internacionales —comerciales y ambientales— y una política exterior unilateral e intervencionista.

Influencia global

Lejos de limitarse a la política estadounidense, Steve Bannon ha extendido su influencia a Europa. Desde 2018 impulsa una agenda de derecha populista que busca socavar a la Unión Europea, apoyando el Brexit británico y los gobiernos conservadores de Italia y Hungría.
Bannon asesora a líderes como Marine Le Pen (Francia) y mantiene vínculos con el partido Vox (España). En Bruselas fundó el movimiento The Movement, concebido como un centro de coordinación para partidos nacionalistas europeos. Su objetivo declarado: “unir a la derecha soberanista contra la burocracia de Bruselas”.

El escándalo de Cambridge Analytica

Otro capítulo oscuro en su trayectoria fue su rol como vicepresidente de Cambridge Analytica, la firma tecnológica acusada de manipular datos de más de 50 millones de usuarios de Facebook durante la campaña de Trump. Los algoritmos desarrollados por la compañía permitieron perfilar votantes y lanzar propaganda personalizada para influir en los resultados electorales.
Este escándalo, considerado uno de los mayores de la era digital, marcó un precedente sobre la manipulación de la opinión pública mediante inteligencia de datos.

Últimas declaraciones de Steve Bannon.

En los últimos meses, Bannon ha vuelto a ocupar titulares con afirmaciones y gestos polémicos:
“Trump va a tener un tercer mandato… será presidente en 2028, y la gente debería acostumbrarse a eso.”
— Entrevista con The Economist, octubre 2025 (Independent)

Según reportes de Daily News Egypt, Bannon añadió que “hay muchas alternativas” para sortear la Enmienda XXII de la Constitución, que prohíbe más de dos mandatos presidenciales, y que “el plan será revelado en el momento adecuado”. Estas declaraciones provocaron reacciones inmediatas de juristas y medios, que recordaron la imposibilidad legal de un tercer mandato (PolitiFact, 27 oct 2025)
Asimismo, Reuters informó que Bannon se unió a una coalición de figuras de la derecha y empresarios tecnológicos para exigir la suspensión del desarrollo de una inteligencia artificial superinteligente, alegando que “pone en riesgo la soberanía humana”.
En febrero 2025, Associated Press lo acusó de realizar un gesto similar al saludo nazi durante la convención CPAC, lo que desató fuertes críticas internacionales. Bannon respondió que solo “saludaba al público”.

Conclusión

Steve Bannon sigue siendo un personaje controvertido, influyente y peligroso, que mezcla discurso populista con estrategias de manipulación política global. Su influencia se extiende más allá de Estados Unidos, alimentando movimientos ultranacionalistas en Europa y América Latina.

Su figura recuerda que el extremismo ideológico puede reinventarse con nuevos rostros, pero con los mismos viejos objetivos: el poder absoluto, la hegemonía mundial.

Franklin Rosa

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