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Café 55

Monseñor Andrés Amaury Rosario: “La vocación es un misterio y un salto de fe”

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Santiago. – En una entrevista íntima en el Café de Diario 55, monseñor Andrés Amaury Rosario Enríquez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago, compartió los detalles más emotivos de su llamado episcopal, resaltando la profunda dimensión espiritual de su designación.

Un llamado inesperado

El prelado relató que todo inició con una llamada misteriosa desde la Nunciatura Apostólica. Su primera reacción fue dirigirse a la capilla y preguntar a Dios: “¿Por qué a mí?”. Durante 15 días guardó silencio, continuando su rutina en el seminario sin revelar su inminente nombramiento.

“Esto no es algo profesional, es algo que va más allá. Cuando uno comprende que no es obra de uno, sino obra de Dios”, expresó monseñor Rosario al reflexionar sobre su vocación.

Principios de su ministerio

El obispo auxiliar definió su labor episcopal en cuatro pilares esenciales: escuchar, cercanía, discernimiento y actuar.
“Quiero que la feligresía me recuerde como alguien que pasó haciendo el bien, cercano, que escucha y acompaña”, manifestó con humildad.

El 23 de septiembre —fecha en que se anunció públicamente su designación— tiene para él un valor sentimental, pues coincide con el aniversario de la muerte de su padre, a quien acompañó en sus últimos momentos hace dos años.

Semana Vocacional y acompañamiento

En el marco de la Semana Vocacional de la Arquidiócesis de Santiago, monseñor Rosario subrayó que “no hay crisis de vocación, hay crisis de respuesta, porque Dios sigue llamando”.
Durante la jornada se realizarán adoraciones, eucaristías con énfasis vocacional, visitas a centros educativos y un jubileo vocacional el domingo a las 9:15 a. m.

“La vocación es un misterio y un salto de fe”, afirmó, invitando a los jóvenes a cuestionarse: “¿Qué quiere el Señor de mí? ¿Para qué me llama?”

Retos y discernimiento

Entre los principales desafíos que enfrentan los jóvenes mencionó la crisis familiar, la influencia de múltiples ofertas sociales y la falta de acompañamiento.
Sugirió como pasos de discernimiento la oración, el acompañamiento sacerdotal, la participación en actividades parroquiales y la lectura de la Palabra de Dios.

“La Arquidiócesis busca crear una verdadera cultura vocacional que integre a familias, jóvenes y comunidades eclesiales en el proceso de descubrir el llamado de Dios”, expresó.

Formación y retos pastorales

Al abordar los desafíos de la formación sacerdotal, monseñor Rosario explicó: “Uno nunca termina de formarse. Mi pasión es la psicoespiritual, y he aprendido que no se puede quedar solo con lo teológico o filosófico”.

En relación con los comentarios recientes de un miembro de la familia presidencial sobre la formación del clero, señaló: “No hay que verlo como una amenaza, sino como un desafío para crecer. Hay que valorar el esfuerzo de cada quien por profundizar”.

También reconoció la complejidad de predicar en tiempos actuales: “Hoy es más desafiante porque los feligreses están más preparados; han leído, meditado y escuchado múltiples comentarios. Predicar requiere preparación, organización y oración”.

Finalmente, monseñor Rosario concluyó con un mensaje de esperanza:

“Que el Señor les conceda paz y fuerza, y no olviden buscar en Él, refugio y fortaleza”.

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