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El Cibao

Más de 300 militares desplegados en Cotuí en medio de conflicto por río El Naranjo

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Cotuí, Sánchez Ramírez. – Más de 300 militares se presentaron la mañana de este miércoles en la comunidad de Zambrana, Cotuí, para permitir la continuación de los trabajos de desmonte de árboles en la cabecera del río El Naranjo, principal fuente de agua para más de seis comunidades.

“Estamos defendiendo nuestro río. Ya tenemos los militares aquí, ya ustedes saben”, expresó Concepción Sosa, uno de los comunitarios afectados por la intervención.

Norberto, otro residente de la zona, explicó que los habitantes han instalado un campamento en la montaña para proteger el acuífero. “Nos hemos apostado aquí y, de forma pacífica, logramos que sacaran los aparatos porque nos están afectando el río directamente”, dijo.

Los moradores de la comunidad El Rayo también alertaron que la carretera que se pretende construir para conectar una nueva presa de colas se encuentra a tan solo 15 metros del cauce del río, lo que ha incrementado la preocupación ambiental.

La protesta surgió tras la militarización de la zona por parte de tropas mixtas del Ejército y la Policía Nacional, en el área donde la empresa minera Barrick Gold proyecta construir una segunda presa de colas y una carretera, lo que afectaría terrenos agrícolas y áreas boscosas.

Los manifestantes denunciaron que la minera realiza desmontes indiscriminados que ponen en riesgo el medio ambiente y los recursos naturales de la región. Pasado el mediodía, las fuerzas de seguridad impidieron el acceso de campesinos a la zona de construcción, generando momentos de tensión.

Durante las manifestaciones, cuatro personas —incluyendo una mujer de 78 años— fueron detenidas y posteriormente liberadas tras varias horas de retención. El último de los comunitarios apresados fue liberado la tarde de este miércoles, tras permanecer detenido desde el martes.

De acuerdo con los residentes, les fueron arrebatados sus teléfonos y denunciaron haber sido agredidos por militares y policías, quienes, aseguran, los detuvieron sin justificación.

Este conflicto forma parte de un prolongado rechazo comunitario a la expansión minera en la zona, que amenaza el ecosistema local y la producción agrícola, en especial el cultivo de cacao, vital para la economía de la región.

«A nosotros ninguna autoridad nos ha querido escuchar: ni el Ministerio de Medio Ambiente, ni Energía y Minas, ni la Procuraduría General de la República, ni los legisladores de la zona. Estamos huérfanos de autoridad», expresó Bernardo Paulino, residente en Zambrana.

A pesar de los intentos de diálogo, persisten las diferencias entre la empresa, las autoridades y las comunidades. Los afectados denuncian represiones y agresiones en su contra.

“Las negociaciones entre la empresa minera Barrick Pueblo Viejo y los comunitarios del municipio de Cotuí por la construcción de la presa de cola se encuentran estancadas, sin ningún tipo de avance entre las partes”, señaló una fuente a un medio de circulación nacional.

Las comunidades reiteran su demanda de respeto a sus derechos, protección del medio ambiente y preservación del río El Naranjo, recurso vital para su subsistencia.

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