Padre Nino Ramos rechaza concesión minera en la Cordillera Septentrional y advierte sobre graves impactos ambientales

Santiago, República Dominicana. — El padre Ramón Ramos, conocido como Nino y párroco de la iglesia Santa Rosa de Lima, expresó su firme oposición a la resolución de concesión minera en la Cordillera Septentrional, durante una entrevista concedida al Café de Diario 55, en la que alertó sobre las consecuencias ambientales, sociales y sanitarias que tendría dicho proyecto para decenas de comunidades del norte del país.

El sacerdote, miembro de un grupo sacerdotal inspirado en el mensaje de Jesús y su opción preferencial por los pobres, calificó como una amenaza directa a la vida y al agua la iniciativa impulsada desde el Ministerio de Energía y Minas, en la persona del ministro Joel Santos para beneficiar al empresario mexicano Humberto Cruz Aguirre. Esta exploración lleva por nombre Concesión de exploración minera cobre el Hoyazo Segundo. “Nuestro mayor recurso es la vida y el agua. No vamos a permitir que destruyan la cordillera”, afirmó.

Ramos relató que su vocación sacerdotal nació del ejemplo de su madre, quien lo llevaba a misa desde niño, así como del testimonio de misioneros comprometidos con las comunidades, entre ellos Javier Urtazo y Andrés Amengual, además de figuras de referencia como don Hélder Cámara, reconocido por su compromiso social y pastoral.

Formado en la teología de la liberación, bajo la orientación de docentes como Manolo Massa, Jorge Estela, Marco Villamán y Manuel Soler, el padre Nino aseguró que esta corriente ha marcado profundamente su vida sacerdotal. “Jesús fue radical a favor de los pobres, y quien lo sigue tiene que mantenerse en esa línea”, sostuvo.

El líder religioso denunció que las comunidades campesinas fueron engañadas durante meses, permitiendo el acceso a sus tierras bajo el pretexto de estudios ambientales, cuando en realidad se trataba de exploraciones mineras. Alertó que más de 100 comunidades, incluida la ciudad de Santiago, resultarían afectadas, ya que gran parte de los alimentos que consume la región provienen de la Cordillera Septentrional.

Al referirse a experiencias previas, citó el caso de Cotuí, donde —según expresó— la explotación minera ha dejado contaminación de tierras y aguas, con impactos directos en la salud y en el aumento de enfermedades. “Santiago también sería contaminado”, advirtió.

Ramos recordó que los artículos 15 y 67 de la Constitución dominicana priorizan el uso humano del agua y prohíben el manejo irresponsable de desechos tóxicos, por lo que exigió el respeto a estos preceptos legales. “El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso”, subrayó.

Asimismo, criticó lo que consideró imposiciones gubernamentales sin consulta previa y reiteró que cualquier diálogo debe darse en las comunidades. “Si este proyecto estuviera en zonas donde viven los ricos, no se atreverían a tocarlo”, expresó.

Finalmente, el sacerdote anunció que las acciones de protesta serán pacíficas pero firmes, incluyendo una marcha-caravana antes del 27 de febrero de 2026 por las calles de Santiago y la autopista, con la participación de campesinos y comunitarios. “No vamos a usar violencia, pero lucharemos con energía. Con Jesús delante, vamos a vencer”, concluyó.