Opinion
La Quiebra de Estados Unidos
La crisis de deuda que atraviesa la economía de Estados Unidos afecta a toda la nación: al gobierno, a los empresarios y a los consumidores norteamericanos. Al ser el dólar la principal divisa de reserva internacional, esta situación arrastra también a la economía mundial hacia una grave crisis del capitalismo y de su fase de globalización, que parece llegar a su fin. Aunque EE. UU. conserva el poder del dólar y la capacidad de emitirlo sin respaldo en oro, su hegemonía mundial se ve cada vez más cuestionada.
La crisis es tan compleja que pocos son plenamente conscientes de ella. La deuda ha alcanzado los 37 billones de dólares, mientras se contempla un nuevo préstamo de 2,7 billones, a petición del presidente Donald Trump. Todo esto ocurre cuando el servicio de la deuda —los intereses— ya supera 1 billón de dólares anuales, y el déficit fiscal ronda el 7 % del PIB.
Tres actores conscientes de la crisis
Las tres figuras que parecen entender la gravedad y el peligro que representa la crisis de deuda para la supervivencia misma del imperio son:
Donald Trump
Con su estilo político, ha buscado recursos mediante medidas de presión y políticas agresivas:
Imposición de aranceles a países de todo el mundo, desde Haití hasta África, con la intención de que los aliados paguen por acceder al mercado estadounidense. En la práctica, son los importadores y consumidores norteamericanos quienes absorben el costo, lo que genera inflación y empeora la situación económica de la población.
Impuesto a las remesas, con efectos negativos en los países del Tercer Mundo.
Presión a la Reserva Federal para que reduzca las tasas de interés y así disminuir la carga del servicio de la deuda.
Acuerdos comerciales que obligan a sus socios económicos a realizar inversiones extraordinarias en Estados Unidos.
Exigencia a la Unión Europea de aumentar en un 5 % del PIB el gasto en seguridad y defensa, lo que beneficia al complejo militar-industrial.
Imponiendole a la Unión Europea Contratos a largo plazo para la compra de gas natural licuado (GNL) y petróleo a precios menos competitivos que los de Rusia.
Recortes drásticos al presupuesto de las universidades y reducción de exenciones fiscales.
Elon Musk
El multimillonario empresario, que formó parte en sus inicios del equipo gobernante de Trump, fue uno de los pocos en advertir sobre la gravedad de la crisis de deuda. Entre sus propuestas destacan:
Reducir la burocracia estatal aplicando recortes masivos al estilo de la “motosierra” del presidente argentino Javier Milei, lo que dejaría a miles de empleados públicos sin trabajo.
Desmantelar instituciones heredadas de la Guerra Fría como la USAID, vinculada a operaciones de influencia y espionaje.
Introducir la inteligencia artificial (IA) para monitorear el funcionamiento del Estado y las dinámicas económicas, con el fin de aumentar la eficiencia y reducir gastos.
Limitar las políticas sociales, recortando los presupuestos destinados a la salud y a los programas de vacunación de la población infantil.
Jerome Powell
El presidente de la Reserva Federal es consciente de la gravedad de la crisis y de la insistencia de Trump en buscar más préstamos mientras reduce los impuestos a ricos y corporaciones. Powell se ha negado a bajar las tasas de interés, buscando frenar la expansión de la deuda y proteger los activos financieros de la banca privada y de Wall Street.
Conclusión
Los tres actores que hoy marcan la política estadounidense actúan en función de sus intereses económicos y de poder:
Donald Trump, aumentando la deuda y reduciendo los impuestos a los más ricos sin considerar las consecuencias para la clase trabajadora.
Elon Musk, promoviendo un Estado más “eficiente”, pero con el objetivo de asegurar recursos para el complejo militar-industrial, del cual es uno de los grandes contratistas.
Jerome Powell, defendiendo los intereses del sistema financiero y resistiéndose a que la deuda se vuelva completamente impagable.
En este contexto, la “quiebra” del imperio norteamericano ya no es solo una metáfora, sino una amenaza real.
Franklin Rosa