Opinion
La herencia de los hijos de Balaguer, Bosch y Peña Gómez.
La conformación de los partidos políticos dominicanos remonta desde hace más de un siglo. El país vivió la conformación de una organización política formal en el año 1858 con el Partido Liberal y Conservador, fundado por Pedro Santana en la época de la Primera República, y en 1870 con el Partido Azul de Gregorio Luperón. Una lucha entre conservadores y nacionalistas.
Adelantándonos casi 100 años en la historia desde la fecha ya mencionada, quisiéramos hablar de la conformación de los partidos más importantes de este siglo, como lo son el Partido Revolucionario Dominicano, fundado en 1939 por el profesor Juan Bosch, Ángel Miolán, Juan Isidro Jiménez, Nicolás Silfa y Virgilio Mainardi. Este partido se fundó con el objetivo de luchar contra la dictadura de Trujillo. El Partido Reformista Social Cristiano, que se fundó en el año 1963 fruto de la fusión de varios partidos: el Partido Revolucionario Auténtico, el Partido Acción Social y el Partido Agrario Obrero. Este partido, bajo el liderazgo de Joaquín Balaguer, fue creado con el objetivo de promover una política conservadora y de desarrollo económico. En 1973, tras una división del PRD, el profesor Juan Bosch y un grupo de exdirigentes del partido blanco conformaron el Partido de la Liberación Dominicana, con el objetivo de completar la obra de los Padres de la Patria.
Tras la salida de Bosch del PRD, Peña Gómez se convirtió en el líder de este partido por su carisma, oratoria y su acercamiento con grupos populares. De igual manera, por su identificación con las luchas sociales a favor de la clase más necesitadas.
El Partido Reformista Social Cristiano y su líder ganaron las elecciones en 1966, 1970, 1974, 1986, 1990 y, por última vez, en 1994. Mientras que el PRD ganó en los años 1962, 1978, 1982 y en el año 2000.
El PRSC ganó todas sus elecciones con Balaguer al mando. Sin embargo, el PRD tuvo varios presidentes desde su fundador Juan Bosch en 1962, pero luego, bajo el liderazgo de Peña Gómez, Antonio Guzmán en 1978, Salvador Jorge Blanco en 1982 y, en el año 2000, Hipólito Mejía.
El Partido de la Liberación Dominicana no pudo llevar a su fundador al Palacio Presidencial, pero sí a Leonel Fernández por primera vez en 1996 y luego en 2004. Posteriormente, Danilo Medina ocupó la presidencia en 2012 hasta 2020. Siendo así, los herederos más aventajados los de Peña Gómez y Juan Bosch, ya que el Partido Reformista Social Cristiano, luego del fallecimiento de su líder Balaguer, no pudo volver más al poder. Desde el año 2008, no han vuelto a presentar una boleta propia en las elecciones.
En la actualidad, la herencia está distribuida entre el Partido Revolucionario Moderno , que nació de la división del partido de Peña en 2014; los partidos Fuerza del Pueblo, hijo de la división que sufrió el partido de Bosch en 2019; y el Partido de la Liberación Dominicana.
Quedando en el escenario como partidos sólidos y como oposición de poder, dos hijos de Bosch y uno de Peña Gómez. Estos partidos están representados por Luis Abinader, líder del PRM; Danilo Medina, del PLD; y Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo. Sin embargo, tanto Abinader como Medina enfrentan impedimentos constitucionales para ser candidatos presidenciales nuevamente, lo que abre interrogantes sobre el futuro liderazgo dentro de sus respectivas organizaciones.
El PRM, que es tan solo cinco años mayor que la Fuerza del Pueblo, es una organización política que logró el éxito electoral con apenas seis años de edad. Por su parte, la Fuerza del Pueblo tendrá nueve años en su tercera participación en unas elecciones en 2028. Mientras tanto, el PLD celebrará su 52 aniversario en diciembre de 2025, consolidándose como una de las organizaciones políticas más longevas del país.
Desde la coyuntura actual, estos tres partidos se jugarán mucho en las próximas elecciones: el PRM su estadía en el Palacio Nacional, el PLD su retorno al poder, y la Fuerza del Pueblo lo que podría ser su primera llegada a la casa presidencial. Más allá de quién gane las elecciones, surgen varias preguntas: si el PRM no logra mantener el poder, ¿podría enfrentar un destino similar al del PRD? Si el PLD no obtiene el triunfo electoral, ¿se mantendrá sólido como un partido de oposición frente a una eventual victoria de la Fuerza del Pueblo? Y, de igual manera, ¿qué pasaría si la Fuerza del Pueblo no logra ganar las elecciones y queda en un tercer lugar?
Estos escenarios son de gran importancia para estas fuerzas políticas, ya que el resultado definirá no solo el rumbo del país, sino también el futuro de estas organizaciones. En el panorama electoral dominicano actual, la definición está lejos de ser clara. Habrá que observar la conducta de los actores políticos en los meses y años venideros hasta llegar a 2028, cuando la voluntad del pueblo dominicano, como juez supremo, decida cuál de estos herederos ocupará el trono en el Palacio Nacional.
Por Juan Manuel Ventura