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Es hermoso poder recordar esta frase del Papa Francisco: “La vida en la tierra es un inicio, no una conclusión: venimos al mundo así, como personas reales, para siempre”.
Es magnífico el poder constatar que el niño que está en el vientre de su madre, desde el momento de su concepción, es para siempre, es eterno.
Se puede eliminar su cuerpo en cualquier etapa de su vida, pero su ser es para siempre.
La vida es un inicio, pero es para siempre. Es eterna.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio
