El país fue sacudido por la infausta noticia de la partida de uno de nuestros mas emblemáticos artistas, que durante décadas sembró de alegría, cultura y sabor toda la nación, con ritmos variados.
Acaba de partir al infinito nuestro Victor Víctor y por encima de sector social, banderías políticas, credos y cualquier otra faceta que dividen a los humanos, todos sentimos que algo muy nuestro no estará.
Otra víctima fatal de esta enfermedad que hoy sacude nuestra nación y el mundo. Otra vida valiosa que sucumbe y que nos ad vierte que esto no es juego, que la cosa es seria y peligrosa.
El arte y la cultura están de luto, pero más allá de esas manifestaciones extraordinarias de los pueblos y los humanos, la partida de Vitico impacta, genera profundas emociones y hasta conmoción.
Un santiaguense de pura cepa, para mas próximo un Pepinero, que supo calar en toda nuestra patria con su larga trayectoria de gran artistas y en muchas ocasiones también militante político.
Pero sobre todo artista, hombre de luces culturales, de gracias humanas destacadas, fácil generador de afectos, de cercanías, de esos seres humanos que todo quien lo tratada quedaba conectado a sus ocurrencias.
Pero ya es parte de las reservas importantes que dio este pueblo, pasa a la imortalidad y nos deja en un momento de angustias que se agigantan con su dolorosa ausencia física.
Pero algo nos reconforta, Vitico se queda, su partida es solamente física, su obra sigue, seguirá siempre como parte del acervo del arte y la cultura de este pueblo, que tuvo en el un hijo ejemplar
Hasta siempre Victor Victor.