Las amenazas de muerte vertidas por personeros del bajo mundo contra familiares de la procuradora general de la República, Miriam German Brito, es un desafío para toda la nación.
Primero para el estado que tiene instituciones que deben velar por la seguridad de todos los ciudadanos, es especialmente de aquellos que cumplen delicadas funciones en la vida pública.
Pero además para todos los sectores sensatos, que debemos vernos en ese espejo con relación a lo que es capaz de hacer el crimen organizado contra cualquiera, cuando se trata de defender sus espurios intereses.
Es común de parte del narcotráfico y afines, como se ha visto en Colombia, México y otros países asolados por ese flagelo, que le gusta recurrir a golpear a quienes se le enfrentan, por la parte que más les duela.
Y por ello recurren a amenazar y en muchos casos hasta vía de hecho, contra los familiares más cercanos de funcionarios judiciales y otras instancias que les enfrentan.
Saben esos cobardes e infames, que los seres humanos cuidan más las vidas de sus parientes, como hijos, padres y madres que la suya. De ahí las amenazas a la familia, concretamente un hijo de la procuradora Miriam German.
Quieren funcionarios manejables, cobardes o pusilánimes y saben que nada de eso hay en la actual procuradora general de la República. Por ello recurren a lo que entienden es su parte más vulnerable, como lo sería para cualquier ser humano.
Ya se iniciaron las movilizaciones en apoyo a la digna funcionaria y esa es la ruta de todos debemos seguir, para decirle a ese bajo mundo, que Miriam German no está sola en este país.