Llegar al Palacio Nacional y montar una protesta reivindicativa frente a la imponente casa del gobierno dominicano era el objetivo de los médicos, que marcharon vestidos de blanco y con estetoscopios al cuello , pero un contingente de fuerzas mixtas del Ejército y la Policía Nacional les impidieron el paso.
Los galenos avanzaron e intentaron romper el cerco de las fuerzas represivas del gobierno y se produjo un forcejeo y luego un enfrentamiento que terminó a empujones, bombazos, entre médicos y policías
La lucha fue campal, porque los agentes de la Policía Nacional intentaban obstaculizar el paso de los médicos a empujones, pero la resistencia de los profesionales de la salud era incontenible y cada vez más ganaban espacio hacia el Palacio que los esperaba inerte, firme y sin inmutarse.
La fuerza bruta de los agentes del orden no detuvo el coraje y la decisión de los médicos, muchos de los cuales pudieron cruzar a la brava la barrera colocada en las inmediaciones de la casa gubernamental para impedirles el paso.
No valieron los golpes repartidos, a diestra y siniestra, por los policías a los facultativos que rompieron el cerco, cruzaron la valla colocada para impedirles el paso y se posicionaron en son de guerra frente al Palacio Nacional, al cual llegaron, estrujados, jadeantes y sudorosos, por la avenida Leopoldo Navarro.
Al sentir humillada su jerarquia e incumplicda la orden de impedir que los gremialistas del sector salud llegarán al palacio nacional, los agentes del orden iniciaron el lanzamiento de bombas lacrimógenas para “calmar” la situación y dispersar a los manifestantes, los cuales olvidaron sus discursos y huyeron despavoridos del lugar.
El pliego de demandas reivindicativas que expondrán los doctores se limitó a gritos de denuncia de represión por lo que consideraron “un atropello” al derecho que tienen todos ciudadanos a protestar, así como también “un abuso” por parte de los policías.