Los principales ríos, arroyos y cañadas de la provincia de Santiago permanecen arropados por la basura que lanzan cientos de familias que ocupan sus riberas con improvisadas barriadas.
En un amplio tramo de la cañada de Pontezuela, la gran cantidad de plástico que se desprende desde comunidades de Tamboril, en varios puntos del municipio cabecera de Santiago de los Caballeros, impide que las aguas puedan continuar su curso. A estos se agrega la contaminación que llega desde lavaderos de autos, instalados a escasos metros de dicha cañada y de las descargas de desechos sanitarios desde los hogares que no cuentan con alcantarillado sanitario.
Desde hace un tiempo, las entidades privadas junto al Gobierno central han elaborado proyectos, como son la construcción de varios colectores de aguas residuales, estaciones de bombeo y plantas de tratamiento, pero aún no se define cuándo serán construidos y puestos en funcionamiento.
El arroyo de Pontezuela, en su largo trayecto, presenta varios puntos críticos que incluyen vertederos que han improvisado cientos de familias que ocupan su ribera, por lo que entidades como el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES) ha planteado la construcción del colector 10 y una planta de tratamiento para aguas residuales que permitan su saneamiento. En tanto que ambientalistas consideran necesario que se inicie un plan real de concienciación de las familias que habitan las riberas de ríos y cañadas.