La muerte de Yoshua Omar Fernández, mientras compartía con amigos en una discoteca de la capital dominicana, desnuda mucho mas que una asociación de malhechores. De protegidos por el poder del dinero que no se detienen ante nada.
Llama poderosamente la atención versiones que salen tanto en medios tradicionales como en redes sociales, como la ofrecida por Ramón Tolentino, quien escuchó el testimonio del Dotolcito, explicando su macabro proceder contra sus víctimas.
Ante su asombro, fríamente detallaba cómo orquestó todo aquello que terminó en tragedia para la familia de un jovencito que sólo buscaba divertirse en ese lugar.
No menos preocupante resulta lo expresado por la magistrada que cita el periodista, pues posiblemente la inacción del Ministerio Público ante los hechos les dio tiempo a esos desalmados a desaparecer evidencias incriminatorias.
Ella tenía dos semanas con una orden de arresto contra el principal acusado, pero que por su papá ser “figura pública” quiso conminarlo a que lo entregara, lo que nos hace pensar que la autoridad misma siembra dudas sobre la aplicación de justicia.
Es un caso que tiene la dimensión hoy, cuando ya ha pasado mas de un mes de lo sucedido, pero dudamos que las autoridades no conocieran desde el principio de quienes estaban involucrados, pero al tratarse de las llamadas vacas sagradas no actuaban dejando que todo se enfriara.
La sociedad debe exigir que el Ministerio Público investigue lo sucedido aquella noche mas allá de lo que dicen los actores, pues posiblemente pronto tengamos a estos criminales en las calles haciendo lo que saben hacer, atracar.
Es que, la muerte del joven no pasa de homicidio, porque es un disparo que en caso se demuestre lo hicieron los encartados no fue dirigido a la víctima y cualquier abogadito lo presentaría como accidental.
Y ellos sólo serán juzgados por los atracos cometidos y es la preocupación, nos quedaremos sin saber cuántas personas han sido afectadas y a lo mejor asesinadas por Wesly Vicent Carmona y su banda de asaltantes.
La prensa también revela la presencia tanto de Luis como de Chiquito, asistiendo a la audiencia de presentación de medida de coerción contra los participantes en la muerte del niño Gioser Féliz en Santiago, dice que hasta se les vio hablando brevemente con el padre del malogrado.
Por eso la preocupación, pues como estamos asumiendo modalidades extranjeras en el sistema judicial nuestro, con el propósito de cerrar rápidamente expedientes, el país se quede sin saber la peligrosidad de estos delincuentes, de cuántos otros casos quizás de muertes y asaltos pesa sobre ellos y queden impunes.
Ya Luis Alberto Brito, el último que se entregó dio una alerta, denunció, que el influencer apodado Dotol Nastra, padre del Dotolcito, la persona que ubicaba a quienes serían atracadas al salir de las discotecas, ofreció un millón de pesos a Alison de Jesús Pérez, para que su hijo sea sacado del expediente.
No creo todo lo que dice un delincuente, pero no pongo en dudas lo que este está denunciando. Es lo que se estila, quienes tienen dinero hacen de todo para evitar que los suyos paguen por sus hechos en los tribunales. Esto advierte a los padres, que darle todo a los hijos es construir un monstruo que luego resulta difícil destruirlo, capaz de crear un entramado criminal contra gente de bien.
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