Iniciamos este año nuevo 2023 en República Dominicana, como siempre, con expectativas positivas, temores y suspenso. Esa es una característica propia de nuestro medio, de nación en vía de desarrollo.
Las interrogantes son muchas sobre lo que traerá el nuevo año y muchos más, cuando se trata de un preelectoral, donde muchas cosas de vital importancia son relegadas, para atender los asuntos políticos.
Esperamos que en la clase política haya mayor nivel de conciencia y que las ansias de poder no le lleven a olvidar, que hay muchas otras cosas prioritarias para la gran mayoría de la sociedad.
Que tenemos serios atrasos en materia educativa, de salud, alimentación, empleo, vivienda y sobre la seguridad ciudadana, que requieren de esfuerzos y recursos.
Que no se trata simplemente de formular promesas futuristas sobre esos males, sino de aportar en lo inmediato, para hacer más corto el camino de superarlos.
En lo económico el panorama no luce tan sombrío, si partimos de los resultados logramos en muchos renglones durante el recién terminado 2022, como fueron el repunte del turismo, zonas francas, inversiones extranjeras y remesas.
Pero en otros, en especial en servicios vitales, el país y todas sus fuerzas motrices en especial el estado, tienen que acelerar los esfuerzos, para lograr mayores niveles de crecimiento.
Pero de algo debemos estar conscientes y es de trabajar todos los dominicanos, que hacer de nuestro país un espacio de mayores oportunidades, para los más preteridos del progreso.