NASHVILLE, Tennessee, EE.UU. (AP) — Raspones en la piel que sacan hasta sangre. Baños de agua fría para mitigar el dolor. Hombros, espaldas, caderas, rodillas y tobillos aporreados.
Añada lesiones que ponen fin a una temporada, como la del estelar quarterback Aaron Rodgers al romperse el tendón de Aquiles izquierdo el lunes en su debut con los Jets de Nueva York y el desgarro del ligamento cruzado anterior sufrido por Von Miller, que el integrante de la defensiva de los Bills de Buffalo atribuyó a jugar en una superficie artificial.
Los jugadores prefieren disputar sus partidos en césped natural. Y es por ello que la Asociación de Jugadores de la NFL clamó el miércoles para que la liga de fútbol americano ordene que todos sus campos sean de césped natural, al describir esa medida como “la decisión más fácil” que puede tomarse.
El director ejecutivo del gremio, Lloyd Howell, manifestó que los jugadores “abrumadoramente” prefieren el pasto natural y que “la evidencia es clara” de que éste es más seguro que cualquier tipo de superficie sintética.