En la historia política, siempre se ha practicado que las contradicciones internas de gobernanza de un país se superan provocando una crisis externa, creando un enemigo, para combatirlo mediante sanciones económicas y guerras; levantando el chovinismo y los valores patrióticos; convocando a la unidad nacional de todos los fuerzas políticas para defender la nación.
Los dos muertos políticos insepultos, Joe Biden y Benjamín Netanyahu, usando esta vieja fórmula para tratar de cruzar el Niágara político, que viven en sus respectivos mandatos presidenciales, pretendiendo mantenerse en el poder. Joe Biden, que intenta reelegirse con todos los factores en contra, como son:
– La edad crítica del mandatario, comportándose como un zombi, con síntomas claros de demencia senil.
– El Partido Demócrata, le mueve también la alfombra, al vivir la realidad, que el deseo del muerto de reelegirse, lo incapacita de ser una opción viable para mantenerse en el poder.
– EL torbellino de Donald Trump, lo golpea las 24 horas del día, señalándolo de corrupto, pedófilo, viejo senil, e incapaz de conducir al gran Imperio.
– La crisis migratorio, de deuda y la inflación hacen sucumbir su figura política.
Benjamín Netanyahu, un muerto político que también está acorralado por la oposición, con un 70% del pueblo en contra, por corrupto; y su posición fascista de reformar el sistema judicial para evitar ser condenado por actos de corrupción; y por ser responsable del fracaso total de la seguridad del pueblo de Israel, frente al ataque de HAMAS, el 7 de octubre; que echó por tierra el sofisticado y multimillonario Escudo de Hierro, y la tan cacareada capacidad en inteligencia militar del MOSSAD.
Observando la realidad de los hechos, y la apremiante actitud de estos muertos políticos, de resucitar y retomar sus alicaídos liderazgos; nos llevan a colegir de la existencia de un plan macabro y funesto, orquestado por los señores de la guerra; preparando un escenario de muerte y terror para salir airoso de esta tragedia humana.
Es una realidad evidente que estos dos muertos políticos son vampiros que necesitan muchas sangres para vivir y mantenerse en el poder. Los genocidios, los crímenes de guerra y todas las sangres derramadas en Rusia, Ucrania, Israel y Palestina, son los alimentos vitales de estos dos cadáveres insepultos.
Franklin Rosa