Las acciones delictivas con diferentes matices siguen su luctuosa espiral, a un ritmo que siembra la angustia y desesperación, en amplios sectores de la sociedad.
La modalidad de atracos con saldos trágicos se incrementa y en algunos casos de muertes violentas, que no necesariamente tienen el sello de la búsqueda de cosas materiales.
Muchos factores se combinan al parecer para generar un clima de inseguridad y violencia con carácter delictivos, en especial en nuestras zonas periféricas.
El múltiple crimen en la zona del Ejido se enmarca dentro de la guerra fratricida de grupos organizados del bajo mundo, en especial del microtráfico de estupefacientes.
Pero lo que mas preocupa a los ciudadanos de todos los sectores, son esos atracos que a todas luces se busca simplemente la obtención de bienes materiales, ya que en esa modalidad no se discrimina para el blanco de ataque. Cualquiera puede ser la víctima.
Ese tipo de acción delictiva se incrementa en formas alarmante en Santiago, la Vega, Moca y otras localidades de esta región, lo que se constituye en un gran reto para las autoridades.
Una sociedad no puede vivir sometida al miedo y la desconfianza. Eso frena la dinámica económica y social, tan necesaria para los dominicanos ir superando nuestras falencias en muchos aspectos.
Esperamos una respuesta enérgica, con la activa colaboración de todos los sectores sensatos, para enfrentar este desafío al derecho que tenemos todos de vivir en paz y sosiego.