El hombre ha emigrado desde el origen de la humanidad, por la necesidad de encontrar condiciones de vida que el suyo no le proporciona, dicen, comenzó en África, pero hoy se dificulta encontrar a verdaderos nativos en el mundo; a menos que no hablemos del derecho adquirido por nacimiento, pues el globo se ha poblado de inmigrantes o descendientes de estos.
Los haitianos provienen de África, y el paso del tiempo no ha sido suficiente para adaptarse al Continente Americano, en cambio, siguen aferrados a su origen. Esto explicaría, las constantes crisis que intereses nativos y extranjeros les generan, obligando a su población a salir despavorida hacia otros destinos.
Algo ya fuera de control, por la intranquilidad que lleva, no sólo a los haitianos, si no, a la región. Quienes huyendo de la inestabilidad política, económica y social en que vive su territorio, crean problemas a otras naciones. Fue la primera colonia negra en “independizarse y abolir la esclavitud”, pero ha carecido de voluntad para brindarle seguridad, tranquilidad y paz a su población, que hoy sale horrorizada, intentando escapar de tanta injusticia.
Esto así, mientras las naciones que lo saquearon y devastaron, hasta dejarlo como Estado fallido, o bomba de tiempo a punto de estallar, sueñan con que La República Dominicana solucione el mal que ellos crearon a los hijos de Dessalines.
Pero los haitianos tienen claro, que esto último raya en lo imposible, pues con nuestros problemas, tenemos demasiado, y que la soberanía es innegociable, que no aceptaremos refugiados bajo ningún pretexto en nuestro territorio.
Que deben presionar, a quienes destruyeron sus recursos, esos, que viven tumbando gobiernos y matando presidentes que no responden a sus intereses, pues ellos tienen suficientes territorios desocupados a donde ofrecerles mejor destino.
La clase dominante haitiana, ha demostrado poca capacidad de buscar avenencia para dirimir conflictos internos, uno de los principales problemas para los haitianos pobres, los magnicidios son una desgracia, el primero en pagar ese precio fue precisamente, el hombre que le llenó de gloria, logrando no sólo su independencia de Francia, si no, extirpar la esclavitud.
Las grandes olas de inmigraciones humanas guardan relación con el hambre, guerras, persecuciones ideológicas o religiosas y desempleo. Lo que se ha convertido en serio problema para países en vía de desarrollo, que se ven desbordados por esta, que, aunque le representa oportunidades al capitalista, el Estado sale perjudicado.
Los dominicanos somos testigos de eso, con las maternidades saturadas por parturientas haitianas, una carga insoportable. Los haitianos tienen el compromiso de detener y acabar con los reiterados conflictos que les obliga a huir, y con determinación, derrotar la criminalidad aposentada allí.
Enfrentar el cambio climático y criminalizar la deforestación, crear un clima de paz y sosiego, para que el capital extranjero pueda instalarse allí, garantizando empleos y eso no puede lograrse donde impera la anarquía, ni escapando de Haití.
Luchar, por la educación e instalación de un sistema de salud y universidades. Haití, cual Somalia del Caribe, no puede quedar a merced de criminales y bandas organizadas, si quiere salir de la pobreza. Jamás, pueden ver la solución de sus males en intervenciones extranjeras, que sólo los acorralan para que no emigren a las naciones culpables de sus desgracias y menos, creer, sus vecinos vamos a sacrificar la soberanía, en nombre de la solidaridad que nos caracteriza.
Twitter, @alexalma09
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