Opinion
Gracias, por mi hijo
Hace poco, la satisfacción nos invadió, porque nuestro hijo, Mauro ya había culminado sus estudios de secundaria, y solo Dios sabe lo que esto significa para nosotros como familia. El verlo crecer en salud y sobre todo, siendo un ser humano de bien, de un corazón noble e inmenso y que ha sabido superar obstáculos y lo que más nos sorprende de él, es que nunca ha perdido su gran espíritu que se refleja en su sonrisa amplia.
Hace poco escribimos dos artículos, haciendo referencia a nuestro hijo, uno titulado, “Gracias Iberia” y en el mismo, indicamos lo siguiente:
“Al momento que escribimos este artículo, a nuestro hijo, Mauro Ernesto, le restan días para despedirse de haber formado parte como estudiante desde que ingresó a penas un niño, hoy ya todo un adolescente casi tocando la adultez. Con su salida, marcaría, años y años acumulados y apreciados, donde su padre, sus tíos y primos, tuvieron el gran privilegio de formar parte de este instituto”
El otro escrito se refiere, a su recién cumple años, el 3 de agosto recién transcurrido, y el mismo, lo titulamos, “Gracias, Dios por Mauro”, y en este indicamos lo siguiente:
“Hoy es su cumpleaños número 18 y desde que vino al mundo, expresó todo lo que sería: bondadoso, sincero, leal, respetuoso, sencillo y humilde”.
“No podremos olvidar nunca que Mauro llegó luego de su hermana, que para que pudiera nacer, habíamos sido descartados, su madre y quien escribe, para concebir hijos. Dios fue capaz de regalarnos, no una, sino dos, y él llegó, al igual que Miranda, sin esperarlo, aunque fueron fruto de mucha oración, porque donde ya ni lo humano ni la ciencia llegaba. Él se manifestó en uno y el otro”.
“Nuestro hijo Mauro, es una de las razones por las que le pedimos a Dios hace quince años, mientras sentíamos que la vida se nos iba, pedimos por él y su hermana, y que nos dejara vivos para disfrutar de ellos y de sus mejores momentos. Nuestro Señor cumplió, volviéndonos a la vida y lo ha hecho a través de los años con cada etapa que hemos podido experimentar junto a él”.
“Hace poco, vivimos, cuando fuimos a retirar el certificado del Ministerio de Educación que acreditaba a nuestro hijo, de que había culminado sus estudios en la escuela.
Aquel fue un momento emotivo y grandioso, porque nos trajo a la memoria cuando Mauro siendo un niño entró a la escuela, nos llegaron todos esas imágenes a nuestra cabeza de sus participaciones en actividades y de la convivencia durante todos estos años con sus compañeros y profesores”.
“Vivimos orgullosos de nuestro hijo Mauro, porque ha sabido no solo enseñarnos con su comportamiento y conducta ante los demás, a nosotros, sino a sus amigos, profesores, familiares y seres queridos. Es un ser humano hermoso, con mucha fortaleza, pasión, sensibilidad, y creativo. Siempre tiene algo con qué sorprenderte en buena forma. Tiene una manera delicada de tratar a los demás y hacerlo sentir importante”.
No hay mayor logro para un padre responsable, que mirar como sus hijos va logrando metas y a la vez, creciendo con salud, y sobretodo, manteniendo valores de bien.
Solo nos resta decir, hoy, reiterar, las gracias por su vida y su existencia y que siga transitando por el buen camino, y que en su interior siga primando los mejores sentimientos.