Murió en Santiago el escritor, poeta y comunicador Ramón Cabral de la Torre, quien se destacó por ser un poeta de una sensibilidad no comprendida.
La muerte de Cabral se produjo tras largas dolencias, a causa de los achaques de salud que genera la degeneración del cuerpo humano.
Controversial , pero amistoso y genial, Cabral de la Torre se distinguió en los círculos poéticos y periodísticos de la ciudad de Santiago.
En cada poema suyo nos refiere a la visión de un mundo metafísico, donde para interpretarlo, es preciso sumergirnos en las profundidades que subyacen sus temáticas.
Su poesía busca de forma permanente una respuesta que explique su pasado y su futuro:
Voz del ayer que perdura
voz del mañana que se extingue
¿y dónde se gestó
tu voz inmortal?
En su libro: Torbellino de mi voz, publicado en el año 2003, se cuestiona, sobre el origen de los seres antagónicos que le asedian y a los que sólo acierta a visualizar mediante la creación poética. Cabral habita y deshabita un túnel de espejismos:
Desoye
al hombre que la flor deshoja
vive la estatua del mundo
su triste pensamiento sin respuesta.
no tiene fórmula
el dilema incomprendido
mañana ya es ancianidad
y el ayer creciendo renovado.
En su poesía, no se referencia lo cotidiano, porque no trata al hombre en sí y su ambiente, sino a un ser indefinido pernoctando su universo poético:
No es la voz escondida
sombra de miedo. Mi miedo
habita el fondo del abismo
el desamor
tu viva muerte
resucitando laúd de agonía.
Desde las publicaciones de sus primeros libros: “Confesión entre luz y sombra” (1988), y “Fuegos infinitos” (1992), trata con pasión los asuntos metafísicos en su obra, las imágenes que dan sentido a su poesía son abstractas, demasiado complejas:
Como flecha del azar y de la nada
se sostiene y perdura
enigmas sin ocaso y sin comienzo.
Cosmos
entre mito y realidad.
El uno y el otro
abre y cierra
dorado círculo
de interminables existencialidades.
El poeta se encuentra sumergido en permanentes interrogantes, a veces sin respuestas:
Detrás del ser
existen.
Poco más allá está.
Y paulatinamente
reconozco que soy yo y otro
siendo perpetuo verbo
mora en cada hombre.
Ramón Cabral de la Torre, trata en la poesía sus abismos, esos abismos que lo mantienen en la confección entre la luz y la sombra, entre el fuego infinito y el torbellino de su voz.