Hace poco escribimos un artículo, titulado: “Orgullo o preocupación”, que publicamos en el Semanario Camino, sobre algunas estadísticas registradas en el Instituto de Dominicanos y Dominicanas en el Exterior y por sus siglas, INDEX, dirigido por el viceministro, Carlos de la Mota, estableció una seria de estadísticas surgidas de su último informe sobre la cantidad de los nuestros que viven fuera el país y que en total ascienden a 2,835,593, para un aumento de: 303.975, que es igual a un 12%, respecto de los resultados dados el año pasado, 2022.
En dicho escrito establecimos, lo siguiente:
“Estos datos fueron asumidos de 111 entidades dispersas en el mundo, y donde se arroja que 53% de los dominicanos radicados fuera y de la suma total ya indicada, son personas del sexo femenino. Y que el 55.4% de la diáspora, son de edad joven con menos de 35 años. Esa misma, que aquí ya no tiene oportunidad de trabajar si es despedida o que intente conseguir una vez perdido el que tenía. Y eso es doloroso”.
“De la cantidad total de dominicanos residentes en el extranjero, 2,393,718, se encuentran diseminados en EEUU, siendo, New York, New Jersey, Florida, Massachusetts, y Pensilvania; como la mayor concentración de la comunidad dominicana. Luego, España sigue siendo la primera de los 20 destinos con más dominicanos, con 188,308 quisqueyanos, que han fijado residencia en Madrid, Cataluña y Castilla y León”.
“Sigue indicando el informe, que Italia es el tercer destino para los migrantes dominicanos con una concentración de 28,812; le sigue Canadá, con 22,125 y Chile con 19,481”.
“Se dieron dos datos que nos llamaron en atención, fue que: en Grecia, está concentrada, con mayor proporción, el 84.2% del total de las féminas que viven en el exterior. Mientras que en Canadá, se acumula la mayor cantidad de jóvenes dominicanos menores de 25 años de edad, con el 46.9%. (Subrayado nuestro). Esta última cifra, nos indica el masivo trasiego de profesionales nuevos que han optado por las facilidades que está otorgando esa nación y que no ven en su país un futuro inmediato. Y eso, si es preocupante”.
¿Por qué ese número de jóvenes y parejas de profesionales ha ido en aumento emigrando hacia Canadá? Es posible que sea por todas las facilidades que han estado ofreciendo y cierta flexibilidad para incentivar esto. Pero también, debemos llegar a comprender, qué está motivando a esas generaciones que aún pueden ofrecerle mucho a su país a tener que irse de aquí, y que siga en aumento, aún en condiciones más adversas.
Recordamos, cuando en el año 1996, visitamos esa nación y cuando hablábamos y preguntábamos sobre la presencia dominicana en ese país y cómo nos describían lo difícil que era para nuestros compatriotas de que no podían acomodarse por diversas razones a Canadá. Una de ellas era, porque las personas seguían eligiendo los EEUU y específicamente, la ciudad de New York, por la cantidad de sus compatriotas ahí. Y la otra razón, lo era el agresivo frío.
Cuando vimos estos números dados por esta dependencia se puede entender cómo han ido cambiando los pensamientos de los profesionales jóvenes que hoy que prefieren elegir todo aquello que antes no era opción, como otros lugares y aún con lo difícil del clima.
Nos seguimos preguntando, luego de aquel artículo y de las estadísticas, cómo es que no estamos creando las condiciones para evitar que sigan creciendo la fuga de cerebros que por alguna razón, que quizás todos conocemos pero no terminamos de aceptar o lo aceptamos y lo vemos como una realidad normal y como Estado no acabamos de ir cambiando algo que puede ser un orgullo de ver tantos de los nuestros presentes en otras naciones triunfando y echando máquinas de producción de economías foráneas o una frustración, porque no son parte de ese futuro en su propio país. Es el dilema entre la risa y el llanto.
José Jordi Veras R.