Corea del Norte es un país que se caracteriza por las insólitas medidas y reglas que el régimen de Kim Jong-un dispone, y bajo las cuales su población se ve obligada a vivir.
Sin embargo, las autoridades anunciaron una nueva ley que ha llamado la atención de muchos y ha alertado, a su vez, de una grave tendencia.
Kim Jong-un prohibió el suicidio en el país ya que considera que se trata de un acto de “traición al socialismo”. Es decir que, si los habitantes de Pyongyang ya de por sí vivían limitados y restringidos, ahora han perdido hasta el control para decidir si desean seguir sometidos a esa estricta represión.
La orden emitida fue de carácter secreto y surgió de una reunión de emergencia que tuvieron los funcionarios del país en el edificio del comité provincial del partido, situado en el distrito de Pohang, en la ciudad de Chongjin.
Según comentó uno de los asistentes a la agencia local Radio Free Asia (RFA), se ordenó a los gobiernos locales que tomen medidas preventivas contra esta práctica y se aseguró que quienes fracasen en esta tarea serán castigados.
“Se hizo hincapié en que los funcionarios responsables rendirán cuentas conjuntamente porque el suicidio es un claro desafío social y una traición contra el país”, comentó bajo condición de anonimato.
Sin embargo, más allá de lo insólita que pueda resultar esta medida, lo cierto es que expone una tendencia alarmante y creciente en el país.
En el último tiempo, Corea del Norte registró un alza en la cifra de ciudadanos que se quitan la vida, que ya de por sí era alta. El Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) de Corea del Sur informó que la tasa de suicidios aumentó un 40% respecto a 2022 y el país ya se ubica sexto en el ranking mundial en este tema.
“Hay muchos factores de malestar interno en Corea del Norte debido a las dificultades de la gente” que generan desesperanza y les quitan las ganas de vivir, explicó un portavoz de la agencia de Seúl.
Inclusive, el funcionario presente en la reunión mencionó que en el encuentro se analizaron casos específicos de suicidios y que “la mayoría de ellos habían sido causados por la pobreza extrema y el hambre”.
“A pesar de la política de prevención del suicido ratificada por el Secretario General, los funcionarios no pudieron encontrar una solución adecuada. Nadie puede encontrar una respuesta para ello en este momento”, justificó.
Tan solo en la ciudad de Chongjin -en el condado de Kyongsang-, en los seis meses de este 2023, ya se contabilizaron 35 muertes voluntarias y, muchas de ellas, incluyeron al grupo familiar completo.
Uno de los casos abordados en la reunión ocurrió en la ciudad de Hyesan. Allí un niño de 10 años y su abuela, con quien vivía, murieron tras ingerir veneno para ratas. Meses antes, los padres del infante habían muerto de inanición.
“Trajo una gran tristeza a todo el entorno”, agregó el funcionario y dijo que este tipo de sucesos han tenido un impacto social mayor al de la falta de alimento en el país. El suicidio familiar es “el último acto de desafío contra un sistema sin esperanza”, dijo por su parte el agente surcoreano.
También se abordó la situación de una pareja de unos 60 años que se colgó de un árbol en la montaña, y la de una familia de cuatro miembros que, después de cenar juntos por última vez, ingirió cianuro potásico -un producto químico altamente tóxico utilizado en la extracción de oro-, causándoles la muerte.