Los Juegos Olímpicos de Tokio han puesto otra vez sobre el tapete el valor de estos juegos. El mundo entero se concentra alrededor del deporte y así ha sido después de muchos siglos. El deporte hoy día sigue jugando el mismo papel de encuentro de las personas y puede ser Tokio, mundial, puede ser regional, puede ser una nación.
Los deportes, aunque haya rivalidades entre los pueblos, unen. Parece mentira y unen en la amistad, en la diferencia y en la unión es magnífico el deporte. El deporte favorece el encuentro de los pueblos y la gente. Dolorosamente en Tokio este año se vieron diferencias. Eso significa un atraso en la humanidad, lo que no pasaba hace más de 2000 años en las Olimpiadas, lo hemos visto ahora. La humanidad necesita recuperar el valor del deporte. El deporte es unión de personas, no solamente el ejercicio físico. Tiene algo más, otros valores que van más allá de la gimnasia.
Hasta mañana si Dios, usted y yo lo queremos.