La repentina partida física de Jhonny Ventura deja un gran vacío y mucho dolor en el arte nacional y puede decirse, que en todo el pueblo dominicano, sin distinctión de clases sociales.
El Caballo Mayor ganó un espacio profundo en el alma nacional con sus seis décadas de artista, que supo poner en alto el nombre de nuestra Patria en todas las latitudes.
Siempre sintonizo con el sentir de la gente, con los gustos y expectativas, para tocar en las emociones y sentimientos del dominicano. Por ello se hizo parte integral de la dominicanidad.
Su muerte toca hondo el alma nacional. Mas en un momento como este, donde la pandemia se ha llevado gente valiosa de todos los sectores, incluyendo otros extraorninarios artistas, como Víctor Víctor, Cheche Abreu, por solo mencionar algunos.
Nos queda, eso sí, su legado incoporable, su talento y fuerza vital de un hombre que nació y vivió sus primeros años en la más absoluita miseria, lo cual no fue obstáculo para despuntar hasta la cima del éxito.
Eso sirve a la juventud como ejemplo de que, cuando se tiene la voluntad de superación, no hay límites posible para no lograr las metas anheladas.
Duerma tranquilo Caballo Mayor, que su pueblo seguirá bailando, cantando y dandole toque de alegría a la vida, com usted enseñó y más que nadie contribuyo, a ser fuente de optimismo y esperanza.