“(18/30g). «Ñiquiñaque: 1. m. Sujeto o cosa despreciable». Y resultó que los juzgadores doble cara comenzaron llenos de oprobio a lanzar sus diccionarios y a señalar con el dedo al sujeto, hasta que el mismo, vencido por la presión, dejó ver su segundo rostro al final, humillado y carcomido. Los juzgadores se reconocieron a sí mismos en una de las caras, y nadie supo entonces qué hacer. Tanto los criticadores despreciables como el vil hipócrita, se miraron con expresión de idiotas. En una de sus caras, por supuesto. La otra no encontraron dónde meterla”.
Ese dibujo y texto son una creación del artista visual y arquitecto Karim López. Pertenece a su publicación titulada “Pop 69”, la cual está estructurada sobre tres elementos: concepto, texto y dibujo.
Mi idea al presentar Ñiquiñaque es contraponer “la doble cara” con la doble cara teatral, también simbolizada por máscaras, para separar una de otra. Los actuantes en las obras escénicas, con frecuencia se les tilda injustamente de hipócritas, cuando la verdad es que representan un personaje tal o cual sobre un escenario y al teatro usted asiste como público, consciente que eso es un drama. Te emociona o no, te educa o no, te gusta o no…. Pero no te destruye, literalmente hablando.
Ñiquiñaque, en cambio, sus efectos puedes ser nefastos. Porque se trata de la vida real. Dramáticamente real, no teatral. Pero resulta, en este mundo, algunos juegan su papel para mentir, traicionar, adulterar, corromper, robar…matar sin simulación.
Contra los Ñiquiñaque también nos forma el arte y la cultura.
Marzo: Mes Internacional del Teatro.
Lincoln López