En 1978, 1982 y 2000, el pueblo le dio un cheque en blanco al PRD, llegado en situaciones y circunstancias muy particulares y que de alguna manera se estaba buscando esperanza o castigo en contra de aquello a quienes estaba sustituyendo en poder político.
En 1978 se creyó que se enterraba a Balaguer políticamente hablando y lo que se produjo con todo lo desacertado fue traerlo de vuelta.
Ya en décadas posteriores, luego del primer gobierno de Leonel Fernández, se matizó porque al final pedían las cabezas de quienes se habían corrompido desde el poder y una frustración ante lo que se había prometido por el entonces joven gobernante. No hay ni que hablar de lo que se vivió en el de Hipolito Mejia, principalmente en sus últimos dos años.
Todo ese vendaval lo aprovechó el PLD, por casi veinte años. Hasta que la estabilidad ofrecida de todos esos años ya no fue suficiente y se requería un cambio, y por la percepción de corrupción que se percibía.
Llegado el actual gobierno de manos de Luis Abinader y el PRM, lo hace bajo la premisa de un cambio radical de todo aquello que la gente entendía que es mal hecho y se repetía una y otra vez en los gobiernos pasados. Traer una manera de gobernar que incluyera un Ministerio Público independiente aunque la gente lo asumía como si fuera una justicia libre de atadura política. Dejar atrás los compromisos privados para hacer negocios con dinero público. Los privilegios irritantes a favor de miembros ligados al partido de gobierno. Y el hecho de las riquezas ascendentes de los que salen de una posición pública.
En fin, llega nuevamente de la mano de la esperanza y del deseo de que se castigue lo incorrecto y no de apoyar nada por medio de la impunidad. Se le ha dado desde el año pasado un nuevo cheque en blanco, en esta oportunidad a Luis Abinader y al PRM.
Este primer año en medio de una pandemia. El pueblo le ha teñido cierta paciencia, consideración y entiende que toda la realidad de hoy es fruto de circunstancias que no son de su accionar y le dieron un voto más allá de confianza.
Habrá que esperar qué manejo tendrá para este segundo año, el primer mandatario, y si le dará cumplimiento a todo lo prometido que aún no se ha cumplido. Cómo podrá seguir siendo la relación con el PRM y funcionarios o ministros que no sepan acoger las directrices.
Habrá que esperar si ese cheque en blanco que ofreció nueva vez este pueblo, ahora de la mano de Luis Abinader, es aprovechado para lo mejor de las grandes mayorías, o si no termina siendo un nuevo endoso en favor de otro o de una nueva fuerza política o la misma pesadilla. Qué este segundo año nos hable al respecto.
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