Al menos a 163 personas muertas y varios heridos dejo el terremoto de magnitud 5.6 en Indonesia. A causa del sismo que fue de poca profundidad y derribó edificios, la gente corrió a las calles, algunos cubiertos de sangre y polvo blanco, para ponerse a salvo.
La mayoría de los que fallecieron eran niños, muchos de ellos estudiantes de escuelas públicas que habían terminado sus clases regulares y estaban tomando lecciones extra en escuelas islámicas.
Destacar que más de 13.000 personas cuyas viviendas habían quedado muy dañadas fueron trasladadas a centros de evacuación.
Trabajadores de emergencias atendían a los heridos en camillas ante los principales hospitales, en terrazas y estacionamientos en la región de Cianjur. Los heridos, incluidos niños, recibieron mascarillas de oxígeno y sondas intravenosas y estaban siendo reanimados.