Este jueves, el presidente francés Emmanuel Macron decidió adoptar por decreto la impopular reforma pensional, contra la que se han manifestado los franceses durante varias semanas. La reforma aumenta la edad de pensión de 62 a 64 años y el mecanismo que utilizó Macron fue la adopción de la norma, sin el voto de los diputados.
Miles de personas se reunieron en la noche en la Plaza de la Concordia en París, la Policía intervino con fuerza para dispersar a los miles de manifestantes que protestaban y que elevaron su voz con fuerza, tras darse a conocer la decisión
“No podemos hacer apuestas sobre el futuro de nuestras pensiones”, dijo la primera ministra, Élisabeth Borne, al anunciar entre gritos de los diputados opositores, el uso del polémico artículo 49.3 de la Constitución Francesa, ante el temor de no lograr los votos necesarios en la Asamblea.
Cuando la noticia se dio, miles de franceses en la Plaza de la Concordia se congregaron a cientos de metros de la Asamblea, para protestar contra la reforma y contra el uso de este mecanismo legal, cuyos detractores consideran antidemocrático.